martes, 11 de agosto de 2015

Boceto de una izquierda asamblearia , municipalista y ecosocial

aguavientosol
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Artículo extraído de El Rincón de Martinico; sobre el valor de los términos y el significado de los mismos en las clases populares. 
Cuando hablamos de la izquierda desde una perspectiva genérica  podríamos decir que dentro de esta entrarían  todas las personas que se identifican con una serie de ideales progresistas de cara a la mayoría de la sociedad, siendo indiferente de esta forma, la procedencia marxista, libertaria, ecologista o feminista de tales ideas, ahora bien, si entendemos tal concepto desde una perspectiva histórica, podríamos decir que la izquierda ha sido correctamente vinculada a sus orígenes parlamentaristas de la Francia de finales del siglo XVIII, lo cual no quiere decir, que dicha historicidad(la cual debemos de conocer debido a que dicho término es anterior al nacimiento del marxismo como teoría política) ponga frenos a una nueva concepción de la izquierda desde presupuestos municipalistas y asamblearios al igual que nítidamente ecosociales y feministas.
Por lo que a mí respecta, me ha costado bastante tiempo entender que ser de izquierdas no es tanto la identificación con los orígenes de los que proviene tal término o su posterior aplicación, si no que por el contrario , lo que me resulta realmente importante de analizar es la concepción que este término tiene en la actualidad a nivel sociológico entre las capas sociales de nuestra sociedad, por lo que sería un error desde mi punto de vista, que aquellas personas que venimos de una línea de pensamiento comunista libertaria y ecologista rechazáramos tal concepción de pleno, ya que tal acción además de provocar la confusión entre  la mayoría de la población dejaría en bandeja tal concepto a una izquierda que en los pasados decenios no supo llevar a cabo un proyecto el cual decía representar.
Es por ello por lo que son los nuevos paradigmas ligados al asamblearismo, el municipalismo, el decrecimiento supra industrial en favor del crecimiento en lo ecológico y lo social, la promoción de lo local, la relocalización del consumo y producción junto con el empoderamiento de las clases populares, algunas de las vías que nos podrían llevar hacia una nueva coyuntura en la que el territorio se encuentre vivo y defendido por unas sociedades que busquen la sustentabilidad, y no tanto ,la generación de riqueza en torno a factores única y exclusivamente económicos.
Son nuestras gafas sin graduar junto con nuestro afán de ganar y ganar algunos de los motivos que nos llevan hacía un acantilado del cual no podremos “recular” a no ser que entandamos aquí y ahora que somos nosotras/os  y es nuestro presente el que debemos cambiar.
Para ello deberemos utilizar todas las grietas que nos deje un sistema enfermo pero tozudo de abandonarnos, viendo en el municipalismo asambleario una herramienta fundamental para adquirir unas cuotas de empoderamiento hasta ahora inexistentes. Por otro lado, no han de ser tanto desde mi punto de vista, la suma de siglas de Podemos, Equo o Izquierda Unida/PCE(esto no quiere decir que no podamos llegar a acuerdos con personas de tales formaciones) las que conformen o propugnen el municipalismo trasgresor y vinculante, si no que por el contrario, serán los individuos desde  abajo de la mano del asamblearismo y la democracia directa, las que verdaderamente consigan llevar adelante candidaturas municipales que se confronten al estado capitalista.
Siendo estos sujetos de organización desde la base los que lleven a cabo un desmantelamiento progresivo de las clases dominantes y de los políticos profesionales que viven de la gestión continua de nuestras vidas, en favor, de una sociedad empoderada y participativa donde cada una viva con lo que precise sin ostentación ni lujos estratosféricos, viendo en la delegación un sistema rotativo permanente y continuo entre las personas más involucradas en los proyectos políticos de cambio.
En tal foro cabemos todas las que no cabemos en su sistema capitalista, dicho lo cual, solo nos queda dejar de lado las siglas para vislumbrar la luz a través de un túnel el cual se han encargado de dinamitar hace mucho tiempo por des interés de un proyecto vivo , rebelde y teorizado que enfoque este nuevo siglo desde otros presupuestos ideológicos y revolucionarios, más ligados al vivir mejor con menos, es decir, menos bienes materiales para la consecución de más bienes sociales.
“Sin  un decrecimiento político e institucional (en el buen sentido de este último concepto) acompañado de un respeto al medio ambiente no hay  cambio real posible”

Un poco de historia sobre nuestra asociación-colectivo:

Unión Popular Asamblearia Coslada y San Fernando ,ahora Asociación Ecosocial Madre Olma, nació a principios de 2014 con la intención de ser un agente social y político, un movimiento, que trabajara para hacer de nuestros municipios un lugar más "vivible", un lugar dónde se desarrollara un pensamiento crítico y se llevaran a cabo proyectos y procesos de transformación social progresivos. Hemos definido UPA/Madre Olma como un colectivo de la Izquierda Asamblearia y Municipalista.
Nos consideramos de Izquierda, pues es el lugar del “imaginario colectivo” dónde la gente nos situaría. Defendemos a las clases populares en el conflicto capital/trabajo, respetamos a las diversas etnias y culturas existentes, apostamos por el fomento de cooperativas de producción y consumo, luchamos contra las desigualdades sociales…
Apostamos por el Asamblearismo porque entendemos la asamblea como forma política de tomar decisiones colectivas. Asamblearismo significa horizontalidad, evitando personalismos, líderes y totalitarismos. En caso de ser necesarios “delegad@s” est@s actuarán bajo mandato imperativo, es decir, llevarán a cabo lo que decida la asamblea y no tendrán autonomía, serán revocables y rotativos. Asamblearismo como medio para acabar con la política profesional.
Entendemos el Municipalismo como acción política y de cambio trabajando en lo local. El municipio como forma de organización frente al Estado centralizado y autoritario. Municipalismo significa descentralización y decrecimiento político y es una vía para llevar a cabo la democracia directa, evitando así la burocratización de las organizaciones. No rechazamos las brechas institucionales del municipio y apostamos por la confederación de municipios y comarcas.
En cuanto al cuerpo político de la organización se basará en tres pilares: Ecología Social, Feminismo y Antimilitarismo.
La Ecología Social entendemos que nace de la crítica a la explotación de las personas y del medio ambiente. La consideramos fundamental, ya que si no existe el planeta no hay seres humanos y no hay ideologías. Partimos desde la idea del post-productivismo, es decir, de entender que vivimos en un mundo finito y que por lo tanto no puede haber un crecimiento infinito. Es por ello que es necesario preguntarse qué, cómo, dónde y cuánto producimos y consumimos. Apostamos por la agricultura ecológica y la creación de huertos comunitarios, el fomento de energías renovables y descentralizadas, la preservación del medio natural de la región, el fomento de la bici para el transporte urbano…
El Feminismo es otro pilar elemental en nuestro colectivo. Es necesario luchar por la emancipación de la mujer y acabar con el heteropatriarcado, las violencias machistas (hay distintas violencias) y las desigualdades de género. Feminismo no significa buscar la superioridad de la mujer ni odiar a los hombres. El feminismo trata de acabar con las desigualdades y abusos que genera el sistema y la sociedad. Defendemos el aborto libre y seguro, pues entendemos que la mujer tiene derecho a decidir sobre su cuerpo. También creemos en la libertad de orientación sexual rechazamos las conductas que atenten contra ella.
Por último, desde UPA nos acercamos al Antimilitarismo ya que no creemos en las estructuras jerárquicas ni castrenses. Pensamos que estas estructuras no defienden la soberanía de los pueblos, sino que por el contrario, defienden y perpetúan el poder de las élites financieras, económicas y estatales. Por otra parte, no hay que olvidar el derecho inalienable de los pueblos a defenderse de las agresiones de su propio gobierno u gobiernos extranjeros, pero entendiendo que la violencia es el último camino que deben utilizar los pueblos y personas a la hora de resolver sus conflictos.